Publicado en La Voz de El Viso en julio 2019.

En nuestra cotidianidad, escucharemos frases del tipo: “dime la verdad…” “Prefiero una verdad antes que una mentira aunque duele”… Y así podríamos seguir hasta un sin fin de frases hechas; pero seamos honestos ¿a qué nos referimos con estas frases? Una pregunta sencilla de difícil respuesta, a escuchar la verdad del otro o que nos digan aquello que queremos escuchar.

Muchas veces la verdad se disfraza y no es porque la persona sea consciente de aquello que nos relata, en el fondo lo que se esconde detrás de esta conducta es la mitomanía.

¿Qué es la mitomanía?

Podemos definirla coma el arte de trasformar nuestra realidad a través de la mentira. La persona que lo padece no es consciente de que falta a la realidad, pues para ella esas vivencias y esos hechos sucedieron.
El mentiroso compulsivo convierte la mentira en un hábito, el cual utiliza para atraer y manipular a las personas que están a su alrededor. Crea mundos de fantasía donde oculta la triste realidad que vive en su día a día.

¿Qué se esconde detrás de este comportamiento?

La insatisfacción o frustración de no haber conseguido las metas propuestas, la carencia de admiración o cariño por parte de sus iguales. Una baja autoestima, pues como no se aceptan deben inventar o rediseñar su vida.

Existen varios tipos de mitómanos basándonos en su personalidad:

• El bordelinde, utiliza la mentira para aumentar su autoestima en comparación con los demás.
• El narcisista, a través de la mentira consigue objetivos ilimitados que de otra forman no lo podrían obtener, por ejemplo; la admiración de todo el mundo ante un acto que el nunca realizo, pero presumen de haberlo realizo.
• El histriónico, esta personalidad es ambivalente se puede presentar cono héroe o victima ante una situación según el tipo de público que tenga en cada momento.

¿Existe tratamiento?

La mayoría de las personas que lo padecen lo niegan y no buscan solución para esta problemática, o acuden a terapia para resolver su vida que se basa de fracaso en fracaso En la mayoría de los casos, se aborda un trastorno de personalidad y dentro de este subyace la mitomanía. Vivir con un mitómano es una ardua tarea, por eso, al iniciarse una intervención los psicólogos deben ser cautelosos para evitar el abandono de la terapia por parte del paciente.

“Nada nos engaña tanto como nuestro propio juicio”

Leonardo Da Vinci