Publicado en La Voz de El Viso en octubre 2019.
Ya llegó el otoño, y hace su presencia con la caída de hojas, el cambio de temperatura, el olor a tierra húmeda, aumentan los colores ocres en nuestro firmamento y la luz empieza a disiparse dando lugar a más horas de oscuridad. Además, debemos sumarle nuestra vuelta a la rutina, tan deseada para unos, o la añoranza del período estival que finaliza para otros.
Pequeños cambios en un corto periodo de tiempo afectan a nuestro ánimo y a su vez a nuestra conducta. ¿Qué le sucede a nuestro cerebro ante estos cambios de estímulos?, pues que simplemente tiene que regularse ante esta nueva transición, esto provoca alteración del animo, de energía y del sueño. La explicación de esto, se basa que ante la disminución de luz disminuye la serotonina y se produce un aumento de melatonina. Esta última influye en los ciclos de sueño, pero también en sensaciones de hambre, frío y tristeza. Así que simplemente lo que nos sucede es pura química.
Para contrarrestar los efectos del cambio de estación, os propongo pautas para combatirlo:
- Estar presente, disfruta del otoño, no te enredes en los que voy a hacer el próximo verano. Cada estación nos aporta algo, y ese “algo” la hace única, así que sácale partida a esta estación.
- Minimizar los cambios. No darles importancia a los síntomas descritos anteriormente. No nos sucede nada, simplemente tenemos que adaptarnos a la nueva estación.
- Nuevos horarios. Si volvemos a nuestra rutina, cuidamos nuestros horarios de descanso pues afecta nuestro rendimiento.
- Mantente ocupado. Aprovecha el otoño, existen actividades que en esta estación son ideales para realizarlas.
- Reúnete con amigos. La socialización es importante, no sólo es para tiempo d vacaciones, nuestros vínculos emocionales deben estar presentes en nuestro día a día.
- Cuídate. Aparecen mil actividades u obligaciones que realizar, resérvate un tiempo para ti.
- Retoma actividades, relee aquel libro, visita algún museo, disfruta de una película, iníciate en el senderismo
«El otoño es una segunda primavera, cuando cada hoja es una flor.»
Leopoldo Lugones