«Tú eres entero, no necesitas a nadie para completarte.
La capacidad de estar solo es la capacidad para amar. Puede parecer paradójico para ti, pero no lo es. Es una verdad existencial.
Solamente aquellas personas capaces de estar solas son capaces de amar, de compartir, de entrar en las más profundas capas de la otra persona, sin posesividad, sin volverse dependientes del otro, sin reducir al otro a un objeto y sin convertirse en adictos del otro. Le permiten al otro absoluta… libertad, porque saben que si el otro se va, permanecerán tan felices como están. Su felicidad no puede ser llevada por el otro, porque no proviene del otro.
Entonces, ¿por qué querrán estar juntos? Porque ya no es más una necesidad, sino un lujo: ellos disfrutan compartir; ellos tienen tanto disfrute en sí mismos que quieren verterlo en otro. Ellos saben como tocar el instrumento musical de su vida como virtuosos solistas. El flautista sabe disfrutar de su flauta como solista… y si viene y se encuentra con un solista de las cuerdas con quien disfrutar conjuntamente de su música a dúo, entonces harán armonía entre la flauta y las cuerdas».