Publicado en La Voz de El Viso en enero 2020.
Un nuevo año comienza, así que pregúntate ¿qué quieres hacer?, ¿hacia dónde no quieres regresar?, ¿vives cómo quieres o simplemente cómo puedes? Según tu respuesta tú decides si ¿quieres seguir sumando solo años o prefieres vivirlos?
Aquello que quieres alcanzar necesitas trabajarlo para lograrlo, cuando marcas el camino transformas tu actitud pues nos volvemos optimistas y nos llenamos de esperanza.
Para conseguir todos nuestros propósitos debemos delimitar lo siguiente:
- Motivación, la fuerza que nos empuja hacia nuestras metas.
- Compromiso, hasta donde dedicaremos nuestro trabajo.
- Organización, priorizar aquello que queremos, pues nuestro tiempo es limitado y solo podemos dedicarnos a una sola meta plenamente.
- Control emocional, si aprendemos a controlarla, podremos actuar acorde a la razón, no a la emoción del momento. De este modo, antes una crisis o pequeña frustración no lo tomaremos como una derrota sino como un aprendizaje.
- Flexibilidad, cuando realizamos cambios, a veces no surgen como esperamos y tenemos que reinventarnos ante posibles imprevistos.
Tras establecer los pilares antes expuestos, iniciemos el camino hacía nuestra meta, para ello tendremos en cuenta:
- La meta a conseguir tiene que ser una decisión propia, no cumplir el deseo de otros proyectado en mí.
- Precisa y clara. Cuanto más precisa y acotada es más fácil de abordar. Ej: voy a ir al gimnasio, seria erróneo, lo más sano seria limitar, “voy al gimnasio 3 veces por semana”.
- Realista, basadas en aquello que puedo lograr. Si nos enfrascamos en fantasías, ej. Perder 20 kilos en dos meses, aumentara la frustración y la abandonaremos.
Establecer metas es el primer paso en volver lo invisible en visible.
Anthony Robbins