Publicado en La Voz de El Viso en septiembre 2020.
Retomamos la rutina después de unos días de descanso y a nuestro reencuentro con amigos o conocidos surge la pregunta ¿a dónde has ido este año? Quizás deberíamos darle la vuelta a la pregunta en si misma ¿por qué he de ir algún sitio? En este período estival, optamos por viajar, conocer nuevos lugares, costumbres y personas que es una opción óptima para el aprendizaje y desarrollo personal; pero es simplemente una opción más. Os invito a aprender a conectar, si algo tan simple y en tan desuso, conectar con mi entorno, a disfrutar de sus calles y plazuelas, a descubrir olores y sabores típicos de mi día a día que a menudo pasan desapercibidos. Aprender a escuchar los trocitos de nuestra propia historia que guardan como un tesoro nuestros mayores, a aquellos que durante el año no tenemos tiempo ni de visitar ni oír. A vivir en mi hogar, a disfrutar de mi morada y no percibirla como un cúmulo de tareas inacabables. Conocer y construir lazos con mi familia, en ocasiones las personas más cercanas son nuestras grandes desconocidas, interesarnos en sus hobbies y profesiones, pues podemos descubrir quizás una alternativa que nunca planificamos realizar. En definitiva, es bonito desconectar de la rutina y el estrés, pero conectar con nuestro contexto y con nosotros mismos es algo maravilloso, pues apreciamos la riqueza que nos rodea que con frecuencia pasa desapercibida.
Decálogo para conectar:
- Visita y comparte con tu familia, no lo sabes, pero son una fuente inagotable de ideas.
- Regresa a tu infancia; lugares favoritos, la comida especial en casa de la abuela, rememora esos instantes.
- Haz un tour por tu pueblo, barrio, descubrirás rinconcitos que pasaron desapercibidos y añoraras aquellos que ya no están.
- Realiza esa actividad que nunca haces por falta de tiempo.
- Guarda el reloj y el móvil, los momentos vividos no se cronometran ni se fotografían. No límites tu capacidad de sentir.
- Reconecta contigo, mímate, cuídate, escúchate, hazte presente para ti.
“Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas”
Henry Miller