Publicado en La Voz de El Viso en abril 2017.
¿Cómo lo hago? ¿Cómo consigo mis cambios? ¿Por qué debo cambiar? Antes de reinventarnos, preguntémonos que quiero cambiar y el porqué del cambio. Quizás esta decisión es buscando ser feliz o huyendo de una realidad que no se enfrentar. Analizando de donde inicio mi viaje, puedo elegir el destino más certero hacia mi felicidad.
Muchas incógnitas nos iremos encontrando en el trayecto, las más comunes a tener en cuenta serian:
- Idealización de nuestras metas. Queremos realizar una acción o tarea tan perfecta que nunca llegamos a terminarla, pues siempre queda algo que mejor. Así, vamos acumulando quehaceres que nos disminuyen y merman nuestras expectativas iniciales.
- Falta de apoyo de nuestros referentes. Cada vez que comentamos un forma de hacer algo desde otro punto de vista o innovador, recibimos criticas destructivas hacia nuestra meta.
- Perspectivas negativas. Incitar rivalidades, mucho esfuerzo ante tanta incertidumbre, Así, nos quedamos rígidos y no nutrimos nuestros sueños.
Ante esto solo nos queda actuar, y para ello debemos trazar un plan organizado de cómo queremos llevarlo a cabo y modificar nuestras creencias de lo que se supone que es innovar. Creencias como :
- “Algunas personas tienen mucha suerte y habilidades, no como yo”. Todas las personas podemos conseguir nuestras metas, pues es cierto que entre nuestros congéneres las diferencias son mininas. Tenemos más en común, solo tenemos que tenerlo presente.
- “No me gusta el resultado de hacia dónde voy”. Si no estoy satisfecho con la meta o lugar de llegada, cambia la trayectoria de tu destino.
- “Mañana empiezo…”. Mañana es el resultado de hoy, no postergues tus sueños. Disciplina.
Y recuerda, los soñadores recorren caminos que luego los sabios siguen. Iniciamos el camino…