Publicado en La Voz de El Viso en marzo de 2020.
Vivimos en una sociedad donde prima ser feliz, pero no como una conducta hacia lo placentero, sino más bien una dictadura impuesta en nuestro día a día. Si observas cualquier red social, en ella encontrarás continuas exposiciones de diversión, sonrisas, emociones… Que en la mayoría de los casos enmascaran una falsa realidad. En tu felicidad intervienen pedazos de tu vida.
La felicidad para que aparezca y se mantenga depende de nuestra interacción con los demás. Si bien es cierto que existen factores externos que pueden afectar a nuestra felicidad, pero las raíces sobre la que emerge esta se encuentra determinada por factores internos; es decir; según interpretamos nuestro entorno así este nos afectará. Ante esto os propongo cambiar nuestro punto de partida y asumir que ser feliz es vivir entre una escala de grises, oscilaremos entre diferentes tonos, los obstáculos, las victorias, las situaciones difíciles, momentos de incertidumbres, todos estos hechos en si mismos esconden gotitas de felicidad.
Si como lees, la felicidad se compone de retales vividos, como si una colcha de patchwork se tratase. Así, que empecemos a juntar retales, para ello:
- Aprende, cada hecho entrama una enseñanza, no pienses que fue una perdida o un obstáculo.
- Cuídate, dedícate tiempo a ti. Coqueteo contigo mismo.
- Sé agradecido, es necesario para apreciar todas las cosas y los vínculos que tenemos.
- Objetivos, cuando tenemos claro hacia donde queremos ir es más fácil hallar en nuestras acciones granitos de felicidad que nos empujan a seguir hacia ellos.
“Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias”
E. Galeano
