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Un niño en vacaciones

Publicado en La Voz de El Viso en julio 2018.

Ante la llegada de las vacaciones de verano, muchos progenitores se encuentran en la disyuntiva de tener que elegir entre actividades programadas u ofrecer la posibilidad de desconectar a sus hijos. Es cierto, que después de año escolar lleno de estudios y responsabilidades, tanto escolares como extraescolares, lo más positiva es desconectar y disfrutar de la familia y del juego.

El verano es amplio, así que lo más recomendable es una combinación de descanso y orden de actividades, así cuando los niños tenga que retomar la rutina escolar, no les cueste tanto y mantengan el equilibrio conseguido.

Ventajas e inconvenientes de las actividades de verano:

  • El verano con la familia (los abuelos o similar): en la actualidad los padres trabajan, así que pueden apoyarse en la familia. Aquí el niño afianzará sus relaciones con los demás, practicará deporte al aire libre, se relacionará con sus primos y familiares. Disfrutará de un tiempo de descanso, atención y motivación hacia contextos nuevos.

Inconvenientes falta de normas y excesivos caprichos:

  • El campamento de verano. Aquí el niño se relacionará con sus iguales, aprenderán a través del juego. Mantendrán una disciplina y orden, además de enfrentarse a nuevos retos aumentando su independencia. Inconvenientes, algunos niños esta situación le genera estrés o desapego a sus padres.
  • Las escuelas de verano. Normalmente se imparten en el mismo colegio, esa situación les da bienestar pues no salen de su zona de confort, pero tampoco facilita nuevas adaptaciones pues caen en la misma rutina. A menudo los niños se aburren en ellas, pues la perciben como una prolongación del curso escolar.
  • El verano en casa. Al tener mucho tiempo libre, al inicio los niños se divertirán y disfrutarán de la parte ociosa del este periodo, pero llegaran al aburrimiento pues como todo caerán, en una rutina alejada de juegos con sus amigos o nuevos aprendizajes.

Lo recomendable es fusionar varias actividades, y que el tiempo que comparten son sus familias sea productivo. En esta etapa, debemos moderar las normas y adaptarlas a la nueva situación, pero deben existir para el buen desarrollo del niño. Ejemplo: la hora de dormir, puede modificarse a más tarde; pero por ejemplo los modales en la mesa deben seguir instaurados.

En conclusión, es importante disfrutar del tiempo libre pero sin olvidar las normas básicas que se han mantenido durante todo el año.

“Si regresas a casa tan feliz como te has ido, has tenido unas buenas vacaciones.”

G. Boccaccio
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