Publicado en La Voz de El Viso en septiembre 2016.
En este periodo vacacional abundan los artículos de cómo aumentan las rupturas de pareja. Todo es una actitud, no es romper con lo establecido sino reencontrarse con aquello que debido al poco tiempo que le dedicamos pasa desapercibido ante nosotros.
Durante el resto del año, las parejas idealizan las vacaciones, pensando que todo se arreglará y hasta llegan a fantasear con unas vacaciones de ensueño, pero sin contar con la opinión de nuestro compañero de viaje; surgiendo así el primero escollo del camino.
Si durante el resto del periodo del año existen distanciamiento o malentendidos, estos deben solucionarse antes de este espacio de divertimento; pues aunque estemos de vacaciones seguimos siendo los mismos actores, únicamente cambia el contexto en donde desarrollamos nuestras acciones.
Las primeras piedras que encontramos al inicio de nuestras vacaciones podrían resumirse:
- Perspectivas de destino: a menudo cada miembro de la pareja crea sus propias expectativas sobre dónde ir, que actividades realizar etc, surgiendo los primeros distanciamientos, pues a menudo suelen ser incompatibles.
- Repartición de responsabilidades. Cuidado de hijos, organización del equipaje etc pues para uno pueden ser días de relax al otro le supone aumento de estrés. Si antes de iniciar las vacaciones la carga esta compartida será mucho mejor para ambos.
- Visitas familiares, los reencuentros con amigos. Debemos organizar cuando nos visitan o cuando visitaremos, así como cuanto tiempo le dedicaremos; pues podemos convertir una velada apacible en una Fuente de estrés. Es cierto, que a menudo queremos compartir con nuestros familiares o amigos pero debemos ser conscientes de incluir en estos planes a nuestra pareja.
- Celos. Solemos conocer a gente nueva en nuestros destinos, en ocasiones, estas nuevas amistades despiertan el recelo de la pareja.
Claves para fortalecer la pareja
- Decidir y planificar juntos las vacaciones, teniendo en cuenta las expectativas y deseos del otro. Así, podemos incluir actividades gratificantes para ambos y satisfacer nuestros intereses.
- Respetar los tiempos, aunque estemos de vacaciones también necesitamos momentos de soledad para reencontrar nos con nosotros.
- Dedicar tiempo a la pareja. Hacer planes en pareja, estando los dos solos, volver a reencontrarse. Mientras los niños realizan una actividad, aprovechar ese tiempo y realizar una escapada en compañía de nuestra pareja. Dicha actividad puede ser desde una cena romántica, un paseo por la playa etc. O algo tan sencillo y simple, como cocinar para nuestra pareja su plato preterido, sorprenderlo con ver su película favorita etc.
- Cambiar de rutinas y experimentar. Iniciar las vacaciones desde el disfrute, no desde las obligaciones. Lo importante no es visitar todos los monumentos sino deleitarse de aquellos que visitemos. Experimentar actividades diferentes, como montar en canoa o caballo, lo más importante no es ejecutar las actividades perfectamente sino disfrutar al irlas desarrollando.
- Aumentar la comunicación, ahora que tenemos más tiempo, intercambien ideas, posibles proyectos Futuros o simplemente cuéntele como se siente, que le apasiona de nuevo, que le frustró, que quiere desarrollar… Hágale participe de su mundo, creen nuevos proyectos comunes. Aprendan a conocerse de nuevo y crecer juntos a lo largo de las diferentes etapas que se presentan.
- Halagos y refuerzos positivos, tan olvidados en nuestro día a día. Dedícale una sonrisa, un «buenos días «, pregúntale como se encuentra. Interésese por su pareja, préstele a atención. No emita juicios de valor sobre una conducta, intente ser flexible y compartir los momentos.
En definitiva, vuelva a redescubrir y a reinventar su pareja, nútrala y crezca con ella. No busquemos la pareja perfecta, hagamos perfectas nuestras anomalías, disfrutemos juntos.