Publicado en La Voz de El Viso en noviembre 2019.
Ronda el mes de noviembre, es este periodo afloran varios tipos de emociones, entre ellas la añoranza de seres queridos para los más mayores y entre los más pequeños la participación en la celebración de Halloween. No entraremos antes el hecho de participar o no en esta fiesta, pero los niños se encuentran inmersos en un sin fin de estímulos, que en la mayoría de los casos no saben gestionar. En estos días nos inundan de monstruos, fantasmas, brujas etc… Cuya función es divertir pero que en muchas ocasiones aparece el efecto contrario, apareciendo conductas de evitación y escape ante estos miedos.
¿Qué podemos hacer para superar los miedos?
- Hablarles como naturalidad del miedo, nunca burlarse de los sentimientos que el niño expone o experimenta.
- Explicarle que los miedos son fruto de nuestra mente, que a través de la imaginación hace que algo cotidiano, se vuelve a amenazante. Ej: ver la sombra de un objeto, y percibir un fantasma en movimiento.
- El miedo no puede decidir, por eso cuando planteemos hacer una actividad, no debemos pensar en él, si no se apoderará y hará que no realicemos aquello que quisiera.
- Realizar rutinas para que el miedo desaparezca.
- Escribir un cuento donde el niño sea el protagonista y se enfrente al miedo.
Conductas a evitar:
- Durante el día evitar sustos ante la temática que le de miedo. Ej si le asustan los animales, evitar enfrentarles obligándoles. El acercamiento será por aproximaciones progresivas ante el animal.
- Ridiculizar al niño.
- Empatizar, explicándoles que también tenemos miedo. Si lo hacemos tendremos que explicar el miedo es sano y que nos ayuda a crecer.
No podemos ir contra corriente ante los hechos que nos rodean, pero si podemos darle un significado diferente, que surjan fantasmas y brujas, pero como juego y divertimento. Brujas buenas, fantasmas que solo quieren jugar, esqueletos que nos enseñen de que se componen. Hagámoslo divertido y educativo. Feliz Halloween donde los miedos se intercambien por conocimientos.
“Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada.”
G. Boccaccio